Testimonio de una trabajadora de la salud en la ciudad de Pereira en épocas de pandemia
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- 22 abr 2020
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Soy enfermera y trabajo en una IPS de primer nivel de atención en salud de la ciudad de Pereira. A través de este medio deseo compartir mi experiencia como trabajadora de la salud y en especial en estos tiempos de pandemia.
No es un secreto para ningún ciudadano que el sistema de salud colombiano es muy precario desde hace muchos años, y que se acentuó, posterior a la creación de la ley 100 de 1993, por la cual se crearon las EPS, las cuales administran los recursos del sistema de salud; desde entonces se han presentado muchas falencias para la prestación oportuna y eficiente de los servicios sanitarios, debido a la mala administración y especialmente a la corrupción ya tan conocida por todos; por lo anterior el temor de que el COVID 19 se presentara en nuestro país era aún mayor, pues con un sistema tan ineficiente era imposible que no se evidenciaran las dificultades que se han suscitado hasta el momento.
En primera instancia en la entidad no se cuenta con el equipo de bioseguridad completo y como lo definen los protocolos, ni se realizó la capacitación adecuada para la atención y manejo de los pacientes con sospecha de COVID 19, lo que pone en peligro el bienestar físico y emocional de los trabajadores de la salud y que ha generado un alto estrés y ansiedad entre los empleados por no saber cómo enfrentar esta emergencia sanitaria, tampoco se cuenta con apoyo psicológico ni las garantías para proteger la integridad física de las familias del personal de la salud, quienes también tienen un alto riesgo de contagiarse.
Además, el personal está expuesto al maltrato y discriminación por parte de la población, especialmente al movilizarse en transporte público, lo que se ha convertido en una carga adicional, y no se cuenta con otras alternativas ni los recursos económicos para optar por otros medios de movilización, pues además se presentan atrasos en el pago de salarios y prestaciones sociales desde hace varios meses, así mismo se han suspendido contratos laborales por la disminución de consulta por parte de los usuarios y se han implementado estrategias como la telemedicina sin contar con las herramientas necesarias y/o con exigencias de producción que se alejan de la realidad de dicho oficio.
El personal de salud no está conformado por seres humanos diferentes ni con capacidades especiales, somos solo personas y ciudadanos que necesitan de su trabajo, que requieren garantías, que temen y son vulnerables a la enfermedad como cualquiera y solo piden condiciones dignas para hacer su labor lo mejor posible. Actualmente lo preocupante es que ante las garantías mínimas exigidas por el gobierno y que este debe vigilar y garantizar, muchos contratistas no las están cumpliendo, dando preferencia a presionar al personal de la salud o incluso a los despidos.
Ya ha sido demasiado tiempo de abusos, malas condiciones laborales y maltrato a los pacientes por no poder brindar un buen servicio, y sin embargo aún nada cambia, que al menos esta realidad tan apocalíptica que actualmente vivimos sea determinante para decir BASTA!.
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