
Los Nadie (película colombiana del 2016)
Por: Carlos Parra
En el año 1990 Colombia nos mostró una visión colombiana de la subcultura punk, en “Rodrigo D no futuro”, una película más a lo existencial, y de cómo era en esta época, la cual llevaba algunos años en el mundo, pero con una mirada más nacional y específicamente de la ciudad de Medellín. Una ciudad golpeada por años de violencia y narcotráfico, lo cual sigue creciendo aun en nuestros tiempos y que incluso ya era tema de muchas bandas de rock en Colombia.
En este caso “Los Nadie” nos muestran una nueva visión del Punk en Medellín, más cercana a nuestra época; jóvenes con sueños de ser artistas, lejos ya de los obreros de años atrás y el existencialismo, pero aún corriendo de toda esta violencia, que muchas años después no para, incluso después de haber muerto el mayor narco de esta región. Ahora son sueños de nómadas, de vivir, de conocer y enriquecer más sus almas y corazones recorriendo el mundo, conociendo culturas. Un punk nómada diría yo.
Pues estos chicos durante décadas solo han querido escapar de la violencia, de la falta de oportunidades y de las críticas por no ser igual a los demás; por ser jóvenes con sueños, por querer luchar por ideas diferentes a las de siempre, hemos pensado que solo son personas que les lavan el cerebro o están por modas, además que siempre salen de barrios marginados. Pero estas culturas han sido la escapatoria de la violencia y no es algo de vagancia.
He tenido la oportunidad de conocer varios chicos de estas tribus y muchos de ellos tienen carreras universitarias; aunque en Colombia se ha vivido del chisme y del qué dirán, y de que lo correcto es usar corbata y estar detrás de un escritorio; idea que incluso la Banda de hardcore punk de los 80s, DRI de Estados Unidos rechaza en sus canciones, un grito en contra del capitalismo.
Para mí “Los Nadie” platea que debemos ir en busca de nuestros sueños, siendo hoy nómadas, aplicado un poco el anarquismo, una de las grandes ideas de esta subcultura, que no importe mucho el tener riquezas económicas, si no conocer, ver el mundo a través de sus ojos y no de una pantalla, sueño que todos tuvimos un día, pero todo terminó siendo: “hay que hacer lo correcto”, lo que todos hacen; trabajar, tener hijos y lo demás. Pero “es mejor ver el mundo con nuestros propios ojos y no detrás de esa pantalla” que nos ha robado la vida.