
Riosucio y su carnaval
Por: Édison Osorio - David Aguirre
Colonización
Durante el siglo XIX y a principios del siglo XX, con fines agrícolas y mineros, tanto antioqueños como españoles quisieron conquistar otras tierras para ampliar sus ganancias con el oro y el café. De este modo, se establecieron sobre los Andes, aprovechando las laderas fértiles que ofrecía el Alto Occidente Colombiano. Por aquella zona se asentó el camino real, principal corredor comercial en la época de la colonización española, el cual determinó las particularidades raciales que más tarde, de la mano del padre Bonifacio Bonafont, conciliarían diferencias históricas de clase y constituirían el pueblo de Riosucio, nombrado en algún momento por el historiador Germán Arciniegas como un “microcosmos de Colombia”, la misma imagen de la república.
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De este modo, gracias a su capacidad de expansión y con grandes inversiones en el sector agrícola, Antioquia cimentó Caldas, nombrándolo departamento administrativo que automáticamente asumió el control agrícola y mineral estas tierras. Desde su fundación el 7 de agosto de 1819 (el mismo día de la Batalla de Boyacá), Riosucio Caldas se ha caracterizado por poseer ricos antecedentes de raza y su gente, según la narrativa local, ha reclamado en repetidas ocasiones su derecho a separarse de Caldas y configurar un departamento aparte, argumentando sus disímiles orígenes históricos y culturales. Cabe mencionar que toda la narrativa del siglo XX sobre Riosucio, evita mencionar que su fundación fue la continuación de una política colonial de reducir poblaciones a la fuerza en nuevas aldeas, para facilitar su adoctrinación y explotación.
Presencia Indígena
Antes de que los españoles llegaran a estas tierras y la cultura occidental pusiera los ojos en las laderas de la cordillera, sobre la parte alta del pueblo, donde está ubicado el cerro Ingrumá, estaba el resguardo indígena de la montaña (constituido legalmente el 15 de marzo de 1627) que con más de 150 aldeas, ejercía control sobre los amplios pastizales de la zona. Uniendo esfuerzos, algunos visitadores coloniales empezaron argumentar que la población no india de la nueva granada necesitaba acceso a las tierras monopolizadas por los indios. Estas autoridades comenzaron a describirlos como perezosos, alcohólicos e improductivos; en definitiva, como seres desventurados que, más que sufrir, se beneficiarían de la influencia de sus emprendedores vecinos (antioqueños y españoles). De esta manera y con el contexto de difamación, los indígenas se vieron envueltos en una lucha jurisprudencial que tanto españoles como antioqueños, utilizaron y modificaron injustamente para hacerse con el control territorial, ampliando así su red política, territorial y comercial.
Tristemente, los medios oficiales de aquella época se encargaron de minimizar la participación indígena en la constitución del territorio, Los caciques coloniales y los cabildos republicanos de la Montaña y las comunidades indígenas vecinas, quienes reclamaron y lucharon durante más de un siglo por la tierra de Riosucio, fueron escasamente mencionados en las narrativas publicadas o totalmente desdeñados. El padre Bonifacio Bonafont con su mezcla de paternalismo local, catolicismo e ideología política republicana, fue un héroe especialmente llamativo para los conservadores, benefició a los colonos en la repartición del territorio y supeditó a los indígenas a las tierras de la parte baja del actual pueblo riosuceño, apartándolos del territorio que milenariamente les había pertenecido.
Es sorprendente que en la narrativa de la élite local aparezcan indígenas, y más, que se mencionen como actores en épocas tan tardías como las de la Independencia. Muchos pueblos y ciudades de Colombia tienen historias y monumentos que conmemoran a algún cacique o cacica, de comienzos de la época colonial, que resistieron con valentía a los invasores españoles, solo para perecer, abriéndole el camino a una nueva sociedad. Se rumora que muchas de las montañas de los alrededores de Riosucio, entre estas el Ingrumá, hay cuevas secretas donde algún príncipe o princesa india se enterró con su oro y gemas, antes que rendirse ante los españoles.
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Narrativa Local
En definitiva, las monografías locales escritas por intelectuales de toda Colombia acerca de sus propios pueblos tienden a ser genealogías colectivas de las élites, sin indios de la época moderna y con pocas fuerzas populares más allá de algunas anécdotas pintorescas de conocidos personajes locales.
No debe sorprendernos que la gesta no fuera tan fantástica y que la maravilla de la conquista española no fuera tal. El pasado que se añoró fue el producto de las aspiraciones del siglo XX. Algunos documentos históricos más antiguos muestran hasta qué punto algunos de estos hechos se han esfumado en fantasía. No apuntamos a la creación original de Riosucio en sí; es la subsiguiente elaboración de los mitos históricos predominantes. Las narrativas históricas, como cualquier interpretación creativa, con frecuencia nos dicen tanto o más sobre las inquietudes de la época en que son creadas que acerca de la época respecto de la que se escribe.
Historia reciente
En Riosucio existe una fusión de tres razas que han sido gestoras de nuestro país, indígenas, negras y blancas, las cuales desde la época colonial, especialmente los indígenas y los afros, lograron resistir la arremetida cultural de los españoles conservando sus tradiciones en secreto y desencadenando en la creación de nuevas expresiones mediante la fusión de su folclore.
Pero antes de su fundación, en el siglo 16 dos pueblos llamados Quiebralomo y La Montaña se trasladaron consecutivamente sobre el mismo territorio en el que está ahora Riosucio, quedando a muy poca distancia y en medio de una notable enemistad, sin embargo desde 1814 comenzó un proceso de unificación liderado por sus dos curas, ejecutando definitivamente esta iniciativa en 1846.
Una nueva estructura eclesiástica y civil en la unificación de Quiebralomo y La Montaña conllevó a la creación de Riosucio, un solo municipio y una sola unidad eclesiástica, para celebrarlo se creó el carnaval de Riosucio, donde no existen las diferencias y todo comenzó a volverse hermandad entre personas que tenían grandes diferencias por intereses territoriales.
La bandera de Riosucio vigente desde 1960 simboliza este acto de amistad que dio nacimiento oficial al carnaval, representando en sus colores a sus protagonistas y riquezas del municipio. El color blanco es el pueblo de Quiebraloma, el color amarillo es el pueblo de La Montaña y también el oro, riqueza de la zona explotada desde la época de la colonia y el color verde es su agricultura.
Su escudo complementa los elementos simbólicos más relevantes, dentro de él se encuentra el triángulo verde que representa el cerro Ingrumá, los bordes plateados y la llama triple son la cultura del municipio y la pasión por la artes, la línea curva sin color tiene dos significados: la zanja que separaba a los pueblos y el Rio Irrumá del que deriva el nombre de Riosucio, la bordura roja y el escudete verde son unión de los pueblos para fundar el municipio, la esperanza y la amistad , y los cuernos, son el carnaval, fruto de la unión, guardián de la paz y la fraternidad.
Carnaval de Riosucio
En algunos causa curiosidad, en otros causa espanto, los más radicales hablan de adoración a satanás, profanación, fuego infernal y otras figuras malignas descritas en los textos bíblicos, por el contrario las personas que lo han vivido sonríen, en su cara se dibuja una expresión de satisfacción recordando el goce, los desfiles de cuadrillas, los matachines, el guarapo, la comunión en los conjuros o la hermandad vivida durante los días de fiesta, es el carnaval de Riosucio, conocido popularmente como carnaval del diablo.
Es una fiesta con más de 160 años de tradición celebrada en la actualidad cada 2 años, hasta 1933 se hizo cada año. Todas las expresiones que la integran se han transmitido de generación en generación, prevaleciendo la oralidad por encima de las demás herramientas de memoria, enseñanza y aprendizaje.
El carnaval para los riosuceños es considerado un padre, pues fue quien solucionó el antagonismo acérrimo entre los pueblos que antecedieron al municipio (Quiebralomo y La Montaña), una unión que surgió de la enemistad para convertirse en alegría , la cual se expresa en una fiesta artística , agraciada, popular y democrática, en donde todos sus asistentes independiente de su clase social se integran en una sola celebración, muy diferente a la mayoría de fiestas del país donde cada clase social marca un ritual o un lugar de la celebración.
Su ubicación geográfica a más de una hora de Manizales y Pereira entre las montañas del antiguo Cauca , no es impedimento para que cientos de personas se trasladen a disfrutar de la fiesta y los rituales propios de los riosuceños, que aunque son de conocimiento general en el país, se han mantenido con un carácter autóctono, un enfoque patrimonial por encima del carácter comercial o su entrega a foráneos.
El Diablo
Su figura convertida en fachada del carnaval para Colombia y el mundo es parte esencial en el surgimiento de la fiesta, pero no es una denominación propia, es decir, los habitantes del pueblo nombraron su fiesta como el carnaval de Riosucio, lo del carnaval del diablo fue puesto por periodistas y forasteros dicen los investigadores en el tema.
Además de su protagonismo físico y omnipresente interiorizado en nativos y visitantes, el diablo es el guardián del festejo, la razón es que entre los elementos que influenciaron al carnaval hubo una fuerte influencia de la religión católica.
Los párrocos de Quiebralomo y La Montaña comprendieron que la enemistad mortal entre los dos pueblos no iba a desaparecer completamente con su fusión, ante esto decidieron intimidar a la comunidad con el diablo, informaron a la población que quien se atreviera a violentar la unidad o a sabotear la naciente fiesta, sería condenado al fuego eterno por el rey del infierno, de esta manera el diablo adquirió un religioso poder que sobrepasó las diferencias.
Fuera de lo anterior, el pueblo manifiesta su lado religioso también a final de enero e inicio de febrero celebrando las fiestas de San Sebastián y la Virgen de La candelaria, (las iglesias del municipio fueron bautizadas en honor a ellos), igualmente la fecha del carnaval coincide con la fiesta de los reyes magos.
En su aspecto visual, el diablo del carnaval no coincide con la figura judeo-cristiana, pues la zona ha tenido una fuerte raíz indígena, una gran influencia negra y obviamente el asentamiento español con su llegada, generando así una combinación de estéticas y creencias.
El diablo del carnaval ha sido de color negro y rojo, de cuerpo joven e hibrida tres animales. El toro con sus cuernos y cola, el murciélago con sus alas y el jaguar con sus garras, barbas, ojos oblicuos y colmillos. Del mismo, está dotado de accesorios que le dan un matiz místico a su figura, la culebra representa la sabiduría y tiene su origen en el culto a la selva africana, el calabazo es el culto a la tierra y la fertilidad, ritual sagrado para los indígenas, y en el que se cree es el aporte blanco a la figura, son las alas de murciélago pero con una notable influencia del dragón, de conocimiento popular en euroasia.
Desde 1915 se conserva la tradición de crear una representación del diablo y ubicarla en un buen ángulo en el cual pueda “vigilar las dos plazas”. Su creación es todo un misterio, se mantiene oculta y más allá del artista, los únicos que pueden observarla antes son el alcalde o el presidente del carnaval para garantizar que vaya acorde a la tradición, al diablo se le hace entrada y despedida, al final se quema una réplica y no la representación original.
Finalmente, su himno fue compuesto en 1918, por una cuadrilla llamada los diablos en donde se encontraba el poeta Enrique Palomino.
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El Carnaval y su Dinámica
Es un capítulo bastante extenso, varios académicos y la corporación del carnaval lo describen de forma bastante amplia en sus documentos. Al respecto, se puede decir que el carnaval lo prepara toda la comunidad del municipio incluyendo las poblaciones más antiguas, es una muestra de unión y alegría, donde todos recogen fondos, en cada edición se producen nuevas expresiones artísticas y nuevas historias, pero se conserva la misma esencia.
Su estructura básica la conforman varios grupos de dirección, destacándose la republica del carnaval , gobierno soberano del municipio que parodia los gobiernos del país pero con leyes propias para salvaguardar la alegría y la fraternidad.
En el mes de julio se instala la república para comenzar los preparativos, el pueblo elige la junta directiva para que defienda la tradición y gestione los recursos necesarios para la realización, cualquier cambio deberá contar con la aprobación de la gente. El proceso de maduración empieza a estar listo con el convite en el mes de diciembre, en el cual se hace toda una obra de teatro sobre diversos temas, comunicando a la población que ya viene la hora de entregarse a la fiesta.
Dentro de la junta, las personas que asuman los cargos de presidente o alcalde tendrán la enorme responsabilidad de sacar el carnaval adelante junto a los demás integrantes. Dentro de la jerarquía hay más participantes y figuras de dirección, además de los mencionados están la junta carnavaleara o los asociados honorarios integrado por instituciones oficiales y religiosas.
Las direcciones cuentan con dos características denominadas organizativa y festiva, si bien esto se garantiza con la organización del público y su ambiente festivo de tradición y pertenencia, los integrantes de la dirección organizativa no sólo deben contar con esta cualidad, también debe tener alma y práctica en las tradiciones del carnaval, con sólo administrar no será suficiente para ocupar un alto cargo.
Fuera de lo organizativo , La fiesta está basada en una serie de expresiones artísticas que envuelven a los integrantes del pueblo y sus visitantes, alboradas, desfiles, conciertos, chirimías, etc consolidadas con el pasar de los años, incluso algunas de siglos anteriores y otras que fueron desapareciendo como los reinados o las competencias deportivas.
Los conjuros llevados a cabo en determinados horarios de la mañana, la tarde y la noche, tienen diversos significados, la paz, la fe, la sabiduría, entrada y despedida del diablo son algunos de sus motivos recientes, pero retrocediendo un poco se encuentra el misticismo que los motivaba, creencias en reuniones de hechiceros o días embrujados, llevaban a las personas en el carnaval a realizar los conjuros para espantar de esta forma los espíritus malignos y las malas energías. Aproximadamente hasta 1911 se llevó esta tradición, luego aumentaron el número de conjuros y la ciudadanía los tomó como rituales para espantar el odio y la tristeza.
Las personas que han entregado su vida a la realización del carnaval lo definen como un extenso poema con tintes dramáticos y cómicos, escrita por sus hijos más selectos que son los matachines, Igualmente, el carnaval es rico en literatura, varios de sus grandes momentos están cargados de ella, los decretos, los convites, las cuadrillas etc , preparan sus discursos durante meses para que todo salga impecable.
Los matachines son intérpretes especiales, es un título altamente meritorio que se alcanza sólo si se cuenta con grandes cualidades artísticas e identidad con la manifestación, ellos son poetas, son sacerdotes de la fiesta y orientan a la comunidad para la búsqueda de la sabiduría.
La palabra matachín es de origen árabe y proviene del oficio de matar la res. Dentro de la jerarquía son autores y también organizadores, algunos son administrativos como el alcalde o el presidente y otros son rasos como los matachines decreteros, los participantes de las cuadrillas o los enmascarados.
Actividades Destacadas
El carnaval está integrado por diversas actividades que de manera organizada alegran cada hora de los días destinados al goce, de todas ellas se destacan por ejemplo el desfile de colonias, grupos compuestos por riosuceños que viven en otros lugares y vuelven conformados con visitantes para este desfile.
Las cuadrillas merecen mención especial, dado que son la máxima expresión cultural de Riosucio, son autóctonas, se dividen es categorías infantiles, campesinas, indígenas y las mayores que se presentan el día domingo. Las cuadrillas representan también un trabajo de 2 años , hecho en secreto por un grupo generalmente son compuesto por 12 integrantes, aunque se han presentado hasta de 50.
Las cuadrillas enjuician lo que deseen de forma satírica, ecológica, agresiva, filosófica, exótica, fantástico- amorosa o en defensa de las buenas tradiciones y los valores humanos. Por tradición las cuadrillas no repiten sus actos en cada carnaval, si un acto es aclamado por la gente este podría volver a repetirse 20 años después.
El municipio cuenta también con una tradición no tan larga como otras expresiones, pero que han dejado huella a lo largo del carnaval, los historiadores hablan que las chirimías se han venido posicionado en Riosucio desde las guerras libertarias y civiles, no existen fechas exactas pero mediante la oralidad se han conservado algunos datos que recrean el surgimiento de los grupos pioneros. Los primeros instrumentos que emplearon fueron aerófonos, el bajo metálico y el bombo.
El licor siempre acompaña el carnaval, en la zona por tradición desde el siglo 16 se ha elaborado chicha de maíz por parte de las comunidades indígenas con un carácter sagrado pero desde 1900 se estandariza el consumo de guarapo a base de caña de azúcar, el aguardiente también es bebida oficial y se estiló hasta 1934, ahora se elabora en menor medida y de forma clandestina. En siglos anteriores se enterraba el calabazo o la olla de barro, en su destierro se bailaba alrededor invocando a la madre tierra para que ella tomará posesión a través del licor. El miércoles fúnebre es uno de los días en donde más se ingiere guarapo tradicional, termina el reinado del diablo y se lee su testamento para darle la despedida hasta su próxima aparición.
Política Económica y cultural
Sin embargo, no todo es un carnaval en Riosucio, durante toda la historia de Colombia se ha vivido en penurias gracias al modelo económico y político que ha regido el país, el cual agrava más la situación para una zona con estas características la cual durante varios siglos fue de vocación minera y ahora agrícola.
Su altura de 1700 msnm es propicia para cultivos de café, caña panelera, frijol, plátano yuca, frutas y hortalizas, sin embargo el producto rey de la zona, el café, ya no da la misma ganancia que a comienzos del siglo 20 cuando las casas comerciales de Londres y Nueva York lo expandieron en nuestro territorio, por el contrario los productores de Riosucio han sido protagonistas junto a productores de municipios vecinos de protestas agrarias exigiendo al gobierno un precio justo.
Lamentablemente esta situación se ha profundizado desde 1990 con la apertura económica, la cual ha bajado los impuestos a productos agrícolas similares provenientes del extranjero que además vienen subsidiados y en grandes cantidades, mientras que el sector agropecuario nacional produce a pérdida o con muy poca ganancia, debido a que los costos que comprenden la producción, semillas, insecticidas, en algunos casos arriendo de terrenos, alquiler de maquinaria, fertilizantes y mano de obra terminan siendo más altos que lo pagado por una cosecha, además lo que queda de minería artesanal es perseguido por el gobierno nacional que legisla a favor de las grandes multinacionales extranjeras.
En el municipio para el año 2012 con una población aproximada de 58000 habitantes, tenía un 23% de ella con necesidades básicas insatisfechas, mucho más profundo en su área rural que en la urbana.
Bajo el neoliberalismo que entró en vigencia con la apertura, las políticas para el sector de la cultura son mínimas, manteniendo así unas condiciones lamentables para el sector. Primero, porque la tratan como una mercancía intentándole generar ganancias inmediatas, colocándola a la par con una cualquier baratija o armatoste, en segundo lugar su abandono se marca notablemente en la inversión destinada por el gobierno nacional, la cual es de menos del 0.5 % del presupuesto general de la nación y con tendencia a la baja.
La anterior junto a las condiciones impuestas en los Tratados de Libre Comercio invisibiliza muchos más nuestras mejores expresiones culturales, las cuales pueden tardar años en su proceso para alcanzar su mejor estado. Con los TLC se da vía libre a expresiones extranjeras que homogenizan el sector, sin ningún tipo de variedad y verdadero aporte cultural, esto fenómeno lo han denunciado líderes de medio oriente que acertadamente han hecho una crítica profunda a cierto tipo de productos aparentemente artísticos que van enfocados a menospreciar las expresiones de otros para inculcar sus antivalores sobre todo en la población más joven, uno de sus “vehículos” más utilizados es el cine.
El carnaval de Riosucio ha logrado salir adelante bajo todo este contexto, siendo uno de esos actos heroicos que ha traspasado épocas más allá de las políticas existentes. Pero este turbio panorama está ahí, intentando desboronar un hermoso proceso cultural consolidado con el paso de los siglos y que desde 1846 se ha fortalecido mediante la transmisión de conocimientos de generación y generación permitiendo tener uno de los mejores carnavales del país y seguramente del continente, todo un motivo de orgullo de sus realizadores. Lo preocupante es que con este andamiaje descrito una de sus fortalezas puede terminar siendo una amenaza, pues municipios con estas características económicas tiene el fenómeno adverso del abandono de su población más joven a otros lugares donde hayan mejores oportunidades para ganarse la vida y son justamente ellos los que deben estar en el municipio aprendiendo y garantizando las dinámicas que conforman el carnaval
El carnaval ha trascendido, ha pasado por diversas épocas, distintos actores y ha fusionado culturas de las que han surgido expresiones únicas, es un aporte invaluable a la cultura del país, pero el gobierno central juega en contra de este, sólo le queda a la población riosuceña y a todos sus visitantes participar y honrar esta fiesta en la cual solamente se debe estar dispuesto a querer gozar sin prejuicios, vanidades, zalamerías y clasismos , solo hermandad y fraternidad.
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Fuentes
Dos Plazas y una Nación: Raza y colonización en Riosucio Caldas 1846 – 1948, Nancy P.Appelbaum
Julián Bueno- El carnaval Riosucio tomo 1
http://repositorio.ucm.edu.co:8080/jspui/bitstream/handle/10839/690/Diego%20Fernando%20Pena%20Lopez.pdf?sequence=1
http://cdim.esap.edu.co/BancoMedios/Documentos%20PDF/informacion%20de%20riosucio.pdf
http://www.riosucio-caldas.gov.co/MiMunicipio/Paginas/Economia.aspx
http://www.carnavalriosucio.org/mweb/